LA FAMILIA EN LOS TIEMPOS DE FACEBOOK, WHATSAPP Y LA TELEVISIÓN
- Juan C. Rubio
- 15 oct 2017
- 3 Min. de lectura

Hace unos días atrás, una madre de familia me consultaba preocupada por el estado emocional de su hijo adolescente y en medio de dicha conversación, llegamos a la repetida preocupación por las redes sociales. Ella se había percatado en Whatsapp de la presión que realizaban algunos compañeros de colegio sobre su hijo, por el hecho de que aún es virgen y con gran orgullo me dice “yo llegué virgen al matrimonio”.
Las redes sociales y los medios de comunicación, ocupan hoy en día un gran porcentaje en la vida de las personas; niños, adolescentes y adultos, utilizan estos medios para expresarse, socializar y ganar reconocimiento y status. Desde sus inicios, las redes sociales y los medios de comunicación cumplen un rol determinante en nuestra sociedad, marcan pautas en aspectos como la información, tendencias y recreación, entre otros.
Lo primero que se me ocurrió responder a esa madre preocupada fue sobre la televisión y mostrarle como en una época anterior, los medios vendían el tema de la virginidad como algo fundamental en la vida de las mujeres, no se veían desnudos de mujeres promocionando productos y la protagonista era fiel hasta la muerte al hombre. Para quienes crecieron en los años 70 y 80, la tendencia era marcada por el pudor, la virginidad y el decoro social.
Sin embargo, nuestros niños y adolescentes han crecido con una televisión que muestra abiertamente otro tipo de escala de valores, donde ya la virginidad dejó de ser un tabú, donde el valor de la mujer ha pasado a ser un simple objeto comercial que tiene que mostrar más para poder vender, y ser objeto de deseo por su valor físico más que por sus valores.
Recuerdo hace poco haberle recomendado a una familia que dejaran de lado los celulares y compartieran tiempo juntos. ¡Oh sorpresa! En la sesión siguiente me cuentan que ahora se reúnen para ver televisión.
Es importante empezar o retomar, a educar a nuestros hijos sobre los contenidos de los medios de comunicación y las redes sociales, en una sociedad donde los principios de quienes dirigen estos medios apuntan al consumismo, a la esclavitud y el libertinaje. Los medios han olvidado su verdadero fin y han pasado a servir al mejor postor.
Yo no soy un creyente fiel a que el único modelo de familia es el tradicional; desde mi experiencia y práctica personal y profesional, he visto que la familia es algo que va más allá de los lazos de consanguinidad, es una afinidad afectiva, cómplice y de apoyo mutuo. Por tanto no creo en el concepto de familia disfuncional cuando este hace referencia a la ausencia de un padre o de un hijo adicto; si observamos con detenimiento podríamos bien decir que hoy en día todas las familias son “disfuncionales” si nos apegamos a este concepto.
Qué debe hacer la familia ante los medios de comunicación y las redes sociales? ¿Cómo enseñarles a nuestros hijos a discriminar entre lo adecuado y lo incorrecto? El escritor argentino Ernesto Sábato en su libro La Resistencia, propone un retorno a “lo sagrado”, que no es otra que cultivar el humanismo, el respeto por los mayores, la prudencia, la humildad.
A medida que avanza el mundo hemos ganado en derechos, creo que nunca en la historia de la humanidad el ser humano había gozado de tantas libertades como ahora, pero de qué sirven tantos derechos si lo fundamental que es el respeto por el otro, el amor hacia los demás, la defensa de lo humano, se ha reducido a una pobre trinchera de la vanidad, el consumismo y soledad.

Nuestros jóvenes y niños a pesar de “estar conectados” o “en línea” casi todo el tiempo, no dejan de sentirse solos, deprimidos, abandonados. Es tarea de la familia (cualquier modelo que usted acepte como tal) fomentar los vínculos afectivos y trazos que harán de nuestra juventud una sociedad apta para amarse a sí mismos, amar a los demás y proteger nuestro planeta.
Es obvio que en un mundo tan complejo y tan competitivo, como el actual, necesitamos estar comunicados y a la vanguardia, pero recordemos que la esencia de todo ser humano, de toda empresa o grupo, es el contacto físico con el otro, la empatía. Por ello no soy partidario de quitar o prohibir el uso de la tecnología, sino que debemos educar en torno a esta, mostrémosle a nuestros jóvenes que el celular va más allá del uso de Whatsapp o el Facebook, que podemos utilizarlo para resolver una ecuación diferencial, leer un buen libro, generar un mensaje de consciencia social, rechazar o indignarnos ante cualquier atropello o hasta aquello que parece tan simple como es escribir un tweet o un post con buena ortografía.
Deseamos lo mejor para las familias @yoquieroser.
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